¿Cómo sé si soy un papá modelo?

Nadie nace sabiendo ser papá, eso lo tenemos todos muy claro. Esta es una de las razones por las que nos desesperamos por conseguir alguna referencia que nos indique cómo vamos haciéndolo hasta el momento como padres de familia. Aquí te resumimos algunas de las formas más directas y sencillas de averiguarlo.


Tu hijo corre hacia ti cuando llegas a casa


Ha sido un día duro y llegas a casa muerto de cansancio, sin otra idea que dejarte caer sobre la cama. Pero al abrir la puerta, unos pasitos apresurados, acompañados por risas y gritos de entusiasmo, refrescan tus sentidos y borran el estrés de tu memoria.

Tu hijo salta a tus brazos, te abraza, y te da frases que parecen besos: “¡papito llegaste!”, “¡te extrañe mucho!”, “¡hoy metí un gol en la escuela!”, entre otras pequeñas joyas.

Te busca para inventar aventuras interplanetarias con sus juguetes


Te has convertido en el compañero de juegos favorito de tu hijo en su habitación. Cuando aquella colección de autos la convierten juntos en un París-Dakar hecho en casa, los bloques de madera en obstáculos en la ruta y los muñecos de Max Steel en temibles monstruos del desierto del Sahara, el mundo puede venirse abajo.

Nada enriquece más la vida de un niño que saber que sus padres comparten sus fantasías en cada juego.





Te dibuja sonriente en su cuaderno escolar


Los niños reflejan lo que sienten, reciben y dan con inocencia. Si ven un animalito solo en la calle, lo dibujarán triste, como buscando dueño. Si les gusta su hogar, lo dibujarán bajo el sol, los árboles y en un jardín. Si somos felices cerca de ellos y con ellos, así es como nos dibujarán.

Pero si encuentras algún dibujo de ti con el rostro triste, no te desesperes; lo único que tienes que hacer es volver sobre tus pasos, mirarte al espejo y evitar a toda costa que tus preocupaciones se contagien a tu hijo. Más bien que la felicidad de tu hijo ponga en su justo lugar esas preocupaciones

Cuando te da mucho más que una tarjeta de cumpleaños


Son las seis de la mañana en el día de tu cumpleaños y es tu hijo quien esta vez te despierta para ir al trabajo, saltando a tu cama y llenándote de besos y abrazos. Entusiasmado, te entrega un regalo y te dice que él sabe lo que es pero que no te lo va a decir, que te va a gustar… ¡y que no olvides de guardarle un poquito porque son unos deliciosos chocolates!

Si eres el papá que tu hijo esperaba, siempre te demostrará su cariño de todas las maneras que se le puedan ocurrir, eso es mucho más que una simple tarjeta.

Te imita lo bueno y te critica lo malo


Una poderosa señal de lo bien que vas como papá o mamá es ver cómo tu hijo ha ido desarrollando sus habilidades, sus valores y su potencial humano. Cuando se muestra feliz, sociable y solidario es porque ha tenido en ti ese ejemplo.

Pero es aún más aleccionador cuando, en vez de imitarte en aquellas malas actitudes que sin pensar demuestras frente a él, lo que hace es llamarte la atención, porque antes tú le dijiste que eso no se debía de hacer, que "no era lo correcto, papá, ¿recuerdas cuando me lo dijiste?”

Es por eso que la mejor manera de saber que nos acercamos a la idea de papá modelo es sabernos capaces, no solo de criar a nuestros hijos de manera adecuada, sino también de aprender de ellos y reconocer cuando nos equivocamos y recibimos su llamado de atención.

Al final de eso se trata; una maravillosa aventura de aprendizaje compartido entre padres e hijos.


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